¿Una posición?

Un café con Cristo

San Lucas 14: 1, 7-14

Vivimos en una sociedad de posiciones, de manera natural, cuando llegamos a algún grupo podemos ver como se establecen las personas que tienen habilidades de liderazgo, subgrupos conforme a sus afinidades inmediatas y en la medida en que el grupo se va consolidando, y haciendo comunidad, podemos notar de que manera se van ocupando diferentes posiciones, para dar un ejemplo, recordar nuestros tiempo de escuela o de universidad nos hace pensar en las características de cada uno de nuestros compañeros, quien dirige, quien escribe, el juicioso, el “rescostao”, quien alegra al grupo, el espiritual, etc. Ahora bien, una mirada más profunda a este aspecto puede hacernos pensar en la manera como se establecen las competencias para llegar a una u otra posición, nos centramos en la realidad de que, para nosotros, los seres humanos, ocupar un lugar en la sociedad es importante y generalmente queremos ser visibilizados, llamar la atención y no ser olvidados, queremos trascender y buscamos sacar lo mejor de nosotros para hacerlo.


Mientras tomamos este café pensemos en situaciones en las que nos hemos sentido importantes o hemos estado en lugares de eminencia; todos, sin lugar a dudas, hemos pasado por dicha situación, conforme a las conexiones y posiciones sociales de cada uno, nos ha pasado en la familia, en el barrio, en la iglesia, quizás en el orden municipal o nacional, hemos estado en lugares donde nos hemos sentido verdaderamente importantes sea por lo que hemos hecho o porque nos han invitado, no tengo duda que cuando eso pasó nuestra autoestima se elevó al cien por ciento; además de las posibilidades que logramos de crear contactos, aprender y desarrollar nuestra vida, recordar esos momentos pueden invitarnos a pensar ¿Cuál ha sido el aporte que esos escenarios han dado a nuestra vida? Pero también ¿Cuál ha sido nuestro comportamiento cuando hemos estado en esos lugares de eminencia?


El Evangelio de hoy nos permite reconocer a Jesús como una persona socialmente activa, siempre he visto a Jesús como alguien que se mueve en la comunidad y que trabaja con la comunidad, sus movimientos, si bien buscan defender a los vulnerados, no le implican apartarse de la sociedad y del dialogo con los más privilegiados, hemos leído a Jesús sanando a la hija de Jairo, un principal de la Sinagoga, hablando con Nicodemo, cenando con Zaqueo y en esta ocasión el Texto bíblico nos manifiesta que estaba cenando en la casa de un notable de los fariseos; ellos eran un sector dentro de los judíos que se asumían la autoridad y la pureza de los ritos y las celebraciones judías, el contexto me permite pensar que el objetivo de esta cena era cerrar el Sabbat, y esto sería un evento importante, implica una ceremonia o rito antes de la cena y, en ese sentido, es importante para el contexto la posición que se tendría, ahora bien, el Evangelio relata que los invitados escogían sus lugares, pero, ¿Cómo elegir el lugar preciso entre la gente importante cuando seguramente hay personas que tienen el mismo rango social o religioso? Es posible que esto generara algún tipo de conflicto que trajera la reflexión de Jesús quien, unos versículos antes, había retomado el tema de lo que es o no posible en el día sábado en el contexto de la sanidad a la mujer encorvada.


En ese orden de ideas, Jesús toma la palabra para dar un consejo que tiene que ver con la búsqueda de posición, seguramente en la mente de Jesús estarían las palabras escritas por Salomón en el libro de los Proverbios 25:6: “No reclames un lugar entre los magnates”, la reflexión es sencilla; nosotros somos invitados a la fiesta de la vida y todos, absolutamente todos, tenemos habilidades y capacidades que nos hacen visibles en la sociedad, desde luego, esas habilidades están para el servicio de la humanidad y, estoy seguro, de que Dios quiere que usemos esos talentos para el crecimiento personal y comunitario, no obstante, la invitación del Texto es a ser prudentes y discretos, la estrategia de Jesús es que, sin desconocer nuestras virtudes, esperemos a que aquel que organiza el evento nos ponga en el lugar que debemos estar, eso pasa en la fiesta de la vida, muchas personas están buscando posiciones, se visibilizan, pasan por encima de otros para llegar a ser “importantes”, sin embargo, solo una cosa adorna nuestras virtudes, experiencia y academia y es el amor, de nada sirve tener talentos si no nos conducimos con amor hacia la humanidad, de nada sirve estar entre las personas importantes si no miramos a los más necesitados y comprendemos que esos lugares de privilegio, en cualquier escenario, están para servir a la comunidad; en la fiesta de la vida Dios es el que invita y el que nos pone en la posición que Él desea y en la que nos necesita, por supuesto, cualquiera que sea la posición en la que Dios nos pone será una oportunidad para crecer en nuestra experiencia y siempre Dios nos llevará de gloria en gloria y de victoria en victoria, el apóstol Pablo nos invita a que no tengamos un concepto más alto del que debemos tener, sino que pensemos de nosotros mismos con moderación (Romanos 12:3).


"no se necesita una posición para hacer lo bueno, pero hacer lo bueno nos pondrá siempre en las mejores posiciones."


El consejo de Jesús es válido para hoy, en un contexto de la competencia y de la búsqueda de los primeros lugares, Jesús nos invita a mirar a aquellos que nos van a reconocer y que no verán nuestras habilidades y aptitudes como una competencia o un compromiso, es decir, los pobres, los inválidos, los cojos, los ciegos, los presos, Jesús insiste en que nuestro deber ser social debe apuntar a los más necesitados y que la sociedad será mejor cuando comprendamos está norma; si estamos en una posición de eminencia que no sea porque la hemos buscado para nuestro propio beneficio sino que sea porque nos han invitado, nos han llamado para servir recordando a aquellos que tienen menos posibilidades que nosotros, no se necesita una posición para hacer lo bueno, pero hacer lo bueno nos pondrá siempre en las mejores posiciones.


Con afecto;

            Luis Felipe

Comentarios

  1. Lo mejor es ser humildes a la es pera que el dueño de casa nos invite a tomar in puesto mas alto.

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  2. Excelente escrito, bendiciones.

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