Muerte, el nombre de una realidad inevitable

Un café con Cristo

San Lucas 16:19-31 

“Tan segura está la muerte de ganar la carrera que nos da toda una vida de ventaja” reza un adagio popular asegurándonos la realidad del ser humano. Todos nosotros vamos a morir; las ciencias naturales nos enseñan que el ser humano nace, crece, se reproduce, envejece y muere, la vida se resume en la muerte, es allí, en la muerte donde somos recordados, donde la vida de muchos cobra sentido y en donde aparecen las buenas acciones aun de las personas más malas, pocas personas se preparan para la muerte porque es un tema que preferimos evadir, no queremos hacerle frente, “morir tenemos, ya lo sabemos” es la oración de los monjes cartujos después de cavar sus tumbas en un acto de reflexión que los acerca a la realidad de la muerte y por tanto a la simplicidad de la vida y la importancia de la contemplación.

“Tan segura está la muerte de ganar la carrera que nos da toda una vida de ventaja”...
“morir tenemos, ya lo sabemos”

La realidad de la muerte debe ser una reflexión del ser humano, no nos enseñan a morir, nos enseñan a evadir la muerte; la pandemia de la COVID 19 nos tomó por sorpresa porque a su paso la muerte iba buscando a quien llevar, no solamente la muerte física, la muerte emocional y espiritual también nos iba arrebatando la vida poco a poco, los conflictos armados también nos muestran la realidad de la muerte, muchas personas inocentes pierden sus vidas en el conflicto armado, una mirada al conflicto Rusia y Ucrania nos deja ver como la muerte gana la carrera de muchas personas, entre ellos, niños y niñas, mujeres y gentes que nada tendrían que ver con la guerra, dicha realidad, nos confronta porque no sabemos en qué momento nos toquen a la puerta, en términos generales la muerte está acechándonos, quizás está a la vuelta de la esquina pero nosotros no queremos tener conciencia de esa realidad, tememos a lo incierto y, quizás, tememos a nuestra propia realidad.

 

Ahora bien, pensar en la muerte implica pensar en la vida, si la vida se resume en la muerte es pertinente hacer una revisión de como nosotros estamos llevando nuestra vida, tenemos toda una vida para vivir, para sembrar, para construir, para amar, para reproducir todas las cosas buenas que nos da la vida misma, en fin, para ser felices, para que desde el último de nuestros días podamos descansar en paz porque nos convertiremos en abono para la humanidad, este es el sentimiento del Texto que hoy leemos en el Evangelio, dos hombres que mueren y que en este plano material están en posiciones verticalmente diferentes, no solamente en función de la riqueza y la pobreza como seguramente hemos estado viendo el Texto por años, sino en el diseño y estilo de vida que cada uno de ellos eligió,  se puede tener todo y no ser feliz, se puede tener nada y aun así vivir en la abundancia, todo depende de la manera como se asume la vida, cómo se luche en la vida y como se valoren las oportunidades que tenemos en la vida, por eso el tema tiene que ver con la forma en que vivimos la vida, el contraste en el Texto no solamente habla de riqueza y pobreza, habla de posición; el rico está arriba y el mendigo está abajo, una vaga lectura del Texto nos puede hacer comprender la manera como se ve la posición social, sin embargo y en contraste, encontramos que, después de la muerte, las posiciones se cambian, el mendigo está arriba y el hombre rico ahora está abajo, es el mismo sentido de la vida, en un momento la posición nos cambia pasamos de un lado al otro, de tener a no tener o viceversa, de ser amado a ser odiado, de dar a recibir, etc.

 

Es importante, en este punto, aclarar que las posiciones como las muestra el Texto no son una apología al sufrimiento, ninguno de nosotros quiere vivir mal, en la desdicha, la desgracia o la pobreza, la vida es dura para todos porque debemos esforzarnos para lograr lo que deseamos y eso implica trabajo, porque vinimos a aprender experiencias y aprender es el camino para transformarnos y eso hace que duela porque implica cambiar el plumaje de nuestra vida, arrancar el viejo y dejar crecer el nuevo, no obstante, el pasaje del Evangelio si es un llamado de atención a lo que es verdaderamente importante, ¿Cómo vemos al otro?, el hombre rico lo tenía todo pero no miro al mendigo para compartir un poco de su riqueza material, quizás este hombre, el indigente, que esperaba las sobras de la comida, que había perdido todo aun su dignidad, tendría mucho para enseñar al hombre rico; porque quizás tuvo que aprender a compartir las sobras con los perros, a dar su mismo cuerpo para ellos, el Texto nos refiere que este mendigo era lamido por los perros en sus llagas, es decir que aprendió a compartir su piel llagada para que otros se alimentarán y también tuvo que aprender a compartir su vida misma para que la sociedad hablara de él, una sociedad que vive en función del otro y de esa forma no presta atención a sus propios problemas, seguramente hablaban de su enfermedad, su pecado, su indignidad, su dolor, tal vez fundamentados en especulaciones porque la falsa dignidad supone no interesarse por la desgracia de los demás, la desgracia es anónima y por eso el mendigo es un anónimo.

 

La vida y la muerte, cómo vivir y cómo morir es, al final, la reflexión que el Texto nos hace, un llamado a nuestra conciencia, a vivir la vida y disfrutarla porque al final del camino seremos abono y semilla. En el orden social seguramente estamos acostumbrados a relaciones verticales, pero nuestra conciencia debería dejarnos ver y saber que todos somos iguales en dignidad y por lo tanto deberíamos construir relacionamientos horizontales, de cooperación, de construcción comunitaria, de paz, de vida, pues lo que hacemos hoy es sembrar para mañana y no toda siembra es material o económica; la  vida es para vivirla, para ganar en experiencias, para transformar el aquí y el ahora y encontrar la oportunidad de brindar el vaso de agua, de darnos nosotros mismos por los demás, de caminar la milla extra y de ofrecer nuestro corazón con los actos de nuestra vida.

La vida y la muerte, cómo vivir y cómo morir es, al final, la reflexión que el Texto nos hace, un llamado a nuestra conciencia, a vivir la vida y disfrutarla porque al final del camino seremos abono y semilla.

Es aquí y ahora que podemos sumar a la vida experiencias que nos hagan felices, vivir el paseo de la vida de tal manera que cuando termine podamos afirmar que hemos corrido justamente la carrera de la vida, ¡hagámoslo! Caminemos juntos y afiancemos una mejor sociedad, con valores éticos y humanos, que nos permitan dejar una sociedad mejor a las nuevas generaciones.

 

Con afecto;

 

        Luis Felipe

Comentarios

  1. La única verdad frente a la vida es la muerte,unos viven otros viven vidas digamos medias y quiénes viven muy muy poco

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  2. Así es amigo del alma la vida es un deleite en Cristo Jesús gracias por sus maravillas y lo precioso que nos da y presta en la vida terrenal y lo más preciado la eternidad con El Señor y padre nuestro E Hijo y Espíritu Santo.

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