Mucho más que dinero
Un café con Cristo
Hay ocasiones en la vida en que nos encontramos en posiciones que nos permiten tener una relación vertical con otras personas, es decir, en las que tenemos en las manos la posibilidad de tomar decisiones que pueden o no estar a favor de la comunidad, esas posiciones por lo general nos llegan producto de la confianza, la experiencia y el trabajo, ahora bien, este café puede resultarnos realmente interesante si pensamos el uso que le damos a esas posiciones.
Muchas personas
han usado sus posiciones para enriquecerse, cosificar a otras personas y usarlos
para sus fines y propósitos o para visibilizarse y encontrar relaciones “de más
alto nivel”; vale la pena aclarar que las posiciones están en todos los escenarios
de la vida y que cada vez que estamos en una posición estamos imprimiendo una
imagen en las demás personas, quizás sea esa la razón por la que algunas
personas no logran escalar más, la impresión que han dejado no ha sido la mejor,
pero otras personas logran escalar al obtener resultados materiales óptimos y
sin embargo estar lejos y ausentes del mundo, quizás usted mismo ostente una posición
importante en su empresa, comunidad o políticamente y talvez ya se esté preguntando
sobre la impresión que deja en los demás.
Muchas personas han usado sus posiciones para enriquecerse, cosificar a otras personas y usarlos para sus fines y propósitos o para visibilizarse y encontrar relaciones “de más alto nivel”
Yo estoy completamente convencido de que la mejor impresión se deja cuando hacemos las cosas de corazón, cuando unimos nuestra pasión a la acción y comprendemos que nuestra posición nos permite servir a los demás y aportar a la construcción de mejores escenarios, es decir que es una relación horizontal, pasión y acción en una visión benéfica de la razón de ser de donde estamos nos permite, además, ser eficaces y eficientes, ver a los demás y pensar no solamente en nuestro avance, sino en el avance, el crecimiento de todos aquellos que interactúan y trabajan con nosotros, de lo contrario se vuelve un trabajo egoísta que poco ha de ayudar a construir algo por fuera de lo meramente material y eso se puede definir como un derroche de lo que nosotros administramos.
Si hay alguna
riqueza que podemos nosotros lograr cuando estamos en alguna posición es la de
ganar amigos y hacer relaciones, es a partir de esos relacionamientos que
nosotros prosperamos porque nuestro diseño humano es comunitario y es
justamente ese el problema que enfrasca el Texto bíblico de hoy, Jesús que hace
su narrativa a través de parábolas; narraciones de sucesos fingidos de los que se
deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza
moral (RAE), trae la historia de un administrador o mayordomo que derrocha los
bienes de su jefe, el Texto no nos dice de qué manera los derrocha, simplemente
nos da a pensar que no está haciendo una buena administración, de allí podríamos
deducir que está sustrayendo, es decir robando, que no está haciendo buenas
inversiones o que no tiene una cartera actualizada, entre otras situaciones,
insisto, el Señor no nos dice de qué manera derrocha, quizás deja a la imaginación
para que usted y yo nos pongamos en ese lugar y pensemos como derrochamos
nosotros lo que administramos y lo coescribamos en el Texto, lo cierto es que
todo derroche trae como resultado pérdida y al hombre rico lo que le importa es
no perder, recordemos el relato del domingo pasado con el hombre de las cien
ovejas o la mujer de las cien monedas, no querían perder y este hombre rico
tampoco va a querer perder por lo que llama a su administrador le pide cuentas
y le dice que tendrá que sustituirlo.
Todo derroche
genera perdida, insisto, pero las pérdidas no solamente son materiales, en la reflexión
que hace este administrador hay unas pérdidas que van mucho más allá de lo
material, la relación de confianza con el jefe, los años de experiencia en el
cargo y con ello la perdida de la fuerza física para iniciar un trabajo de
ceros, la incertidumbre de lo que puede pasar al quedarse sin trabajo después de
tantos años, la relación con los clientes de la empresa que él administraba, la
posición social que se ve reflejada en la vergüenza de tener que mendigar, estas
reflexiones, y quizás muchas otras, llegarían a la mente de este hombre que
derrochó su vida y quizás vivió bien pero que ahora debe dar cuentas porque el
derroche no solo genera pérdidas sino que, además, tarde o temprano tendremos que dar
cuentas y lamentar por aquello que hemos derrochado en la vida, la misma reflexión
hace a este hombre actuar rápidamente, mi sensación personal es que este hombre
estaba llevando a pérdida la empresa porque no tenía un plan de cobro claro, lo
que generaba un desazón con su jefe y, seguramente, muchas discusiones con los clientes,
sabiendo que no tiene muchas opciones intenta reparar tanto a su patrón como a los
clientes y llama para hacer acuerdos de pago, en los acuerdos de pago se pierde
ganancia pero se recupera inversión, la experiencia le había concedido a este
hombre la posibilidad de actuar rápidamente no para quedarse en su puesto sino
para ganar el favor de los otros, no obstante, este hombre recupero su vida
porque fue admirado por el jefe.
"siempre hay un momento para recomenzar, reflexionar y cambiar el camino, para recuperar parte de lo que se ha perdido y comenzar a ganar"
Esta parábola me hace pensar en dos cosas básicamente, la primera ya la he mencionado y explicado unas líneas arriba, tiene que ver con el derroche y la pérdida en todos los sentidos y, la segunda, tiene que ver con la posibilidad que todos tenemos de reflexión para recuperar lo perdido, porque la experiencia, el tiempo y el reconocimiento de lo que se ha derrochado permite al ser humano hacer cambios importantes en su vida, seguramente no con los resultados que se esperan cuando se hacen las cosas bien desde el comienzo pero sí, estoy seguro, que siempre hay un momento para recomenzar, reflexionar y cambiar el camino, para recuperar parte de lo que se ha perdido y comenzar a ganar, para valorar las posiciones que tenemos y que hemos tenido y para arreglar nuestras relaciones interpersonales.
Ojala que no hayamos
derrochado nada en la vida, pero si lo hemos hecho, hoy es el día para comenzar
a arreglar y recuperar, es tiempo para volver a contactar a los viejos amigos, para
renovar nuestros votos matrimoniales, ministeriales, recordar el por qué elegimos
nuestra profesión, volver a creer y volver a poner el corazón en todo lo que
hacemos, es tiempo para confiar en nosotros y ser confiables a los demás,
termina el Señor Jesús diciendo: “el que es honrado en lo poco también lo será
en lo mucho; y el que no es integro en lo poco tampoco lo será en lo mucho”, nuestra
vida debe avanzar de menos a más administrando bien cada posición en la que el Dios
nos permite estar.
Con afecto;
Luis Felipe
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