REFLEXIÓN DOMINGO DE RAMOS
Abril 9 de 2017
DOMINGO DE RAMOS
Textos Bíblicos: Liturgia de
las Palmas: San Mateo 21: 1-11
Liturgia de la Palabra: Salmo 22:1-21 (o 22:1-11), Isaías 45:21-25 o
Isaías 52:13 – 53:12, Filipenses 2:5-11, San Mateo (26:36-75) 27: 1-54 (55-66)
SOLTANDO
AL POLLINO
Comienza la Semana Santa, con el Domingo de Ramos,
hemos pasado la cuaresma como un tiempo de reflexión en el que Dios nos llama a
la conversión, a caminar junto a Él, a creerle, a poner nuestras dificultades
en Sus manos, para que sea el mismo guiándonos y ayudándonos en nuestro
caminar.
El Domingo de Ramos recordamos dos cosas en el
Evangelio, la entrada triunfal a Jerusalén y en ese entorno la pasión de
Cristo, su sufrimiento que era el nuestro, sin embargo, hoy quiero centrar mi
reflexión en el escenario de la entrada triunfal, y me gustaría que pensáramos
en Jesús el Rey, pues esta es la figura de Cristo que por tiempos hemos
proclamado, el año litúrgico lo terminamos con la celebración de Cristo Rey y
lo comenzamos con el nacimiento del Rey, la navidad.
Ahora bien, el Jesús que hoy nos muestra el
Evangelio es un rey absoluto pero diferente, un Rey que nos invita a ver su
reinado desde el servicio y el amor y, en ese contexto, nos invita a construir
una sociedad diferente, un mundo incluyente donde hay espacios para todos, es
un Rey para la comunidad, para el pobre, el vulnerable y no solo para el rico.
Este Rey, que hace su entrada triunfal, ordena a
sus discípulos desatar una burra con su cría, y refiere que si el dueño
pregunta sencillamente respondan, “el Señor lo necesita y que enseguida los
devolverá”, seguramente el dueño al haber preguntado y al obtener esa respuesta
quedaría tranquilo, la palabra señor para el contexto implicaba
autoridad, alguien que estaba por encima de y por lo tanto no se le refutaba,
ahora bien, es interesante pensar en lo que el Señor necesita de cada uno de
nosotros y de lo cual nos invita a despojarnos, pues la entrada triunfal a
Jerusalén simboliza la entrada de Cristo a nuestra vida, en donde Él quiere ser
el Señor.
Soltar el pollino, implica entregar al Señor
nuestro lado más humilde, nuestra humanidad, nuestra debilidad, nuestra carga,
pues el Señor las necesita para sentarse sobre ellas y hacer su entrada
triunfal en nuestras vidas, Él desea que nosotros nos despojemos de todos esos
pesos, de esas cargas, y así actuar en nosotros, caminar con nosotros, ser el
Rey de nuestra vida, de esta forma, cada vez que le entregamos nuestras cargas,
le hacemos rey, cada vez que nos despojamos le hacemos Señor de nuestras vidas.
¿Quién es Jesús para ti y para mí? Esa sería una
interesante pregunta para responder hoy en nuestra experiencia personal, pues
la Escritura manifiesta que Jesús es el profeta, es decir el que anuncia la
buena nueva de amor, a quien nosotros alabamos a quien nosotros rendimos
tributo poder y gloria.
Hosanna al Hijo de David (Alabad a Dios)
Bendiciones para todos y todas
@PFelipeOLiveros
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