Meditando en nuestra fe, 10 de enero, 2024
—¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? —preguntó. Hechos 19:2
Meditemos:
El tema del Espíritu Santo ha sido controversial en la teología desde los comienzos del pentecostalismo, comprender el rol del Espíritu Santo para nuestro tiempo y contexto no ha sido una tarea fácil, en muchas ocasiones he escuchado personas decirme que nosotros, los presbiterianos, somos fríos y carecemos de la Presencia del Espíritu Santo, por supuesto, la sentencia anterior se fundamenta en una experiencia que las personas han tenido y que seguramente no encontrarán en nuestras comunidades porque nuestra forma de ver la doctrina del Espíritu Santo difiere a la manera de cómo ellos ven las cosas y han construido sus tradiciones.
Ahora bien, independientemente de los conceptos apropósito de la doctrina del Espíritu Santo lo que es real es que Él está en medio de nosotros, nos sostiene y da vida a la Iglesia del Señor, somos Iglesia por la acción del Espíritu Santo quien viene a nuestras vidas cuando nosotros creemos en la obra de redentora de Cristo y esto va más allá de hacer una declaración personal o manifestar entender las doctrinas de la fe porque nos Dios nos seduce al punto de rendir nuestras vidas en completa adoración y dependencia de Su amor.
Así las cosas, la pregunta de Pablo a los discípulos en Éfeso apunta a que los discípulos en ese lugar comprendieran que el bautismo de Juan, es decir, el bautismo del arrepentimiento, tenía vigencia en la medida que les acercaba a Jesús y el resultado de dicha comprensión produjo un nuevo bautismo, el bautismo en el nombre de Jesús que, de la misma manera que sucedió en Su bautismo, traería al Espíritu Santo para que estas personas tuvieran la capacidad de testificar en otras lenguas y en clave de esperanza apropósito del amor de Dios.
En ese orden de idas, nosotros hemos recibido al Espíritu Santo que nos impulsa a testificar de Jesús mediante nuestras palabras y hechos de amor, somos personas purificadas, restauradas y renovadas por el fuego de Dios, a través de su Espíritu, que buscamos continuamente la llenura de Dios en nuestras vidas y el cumplimiento de Su propósito en nosotros.
Reflexiona:
¿Has recibido al Espíritu Santo cuando creíste?
Quizás te has dado cuenta de lo que has cambiado desde conociste a Jesús, de la espiritualidad y del deseo de hacer la voluntad de Dios, es por el Espíritu Santo que puedes cambiar aquellas áreas de tu vida que, en ocasiones, hacen que nuestra vida no sea del todo feliz.
¡Dejémonos transformar por Dios para dar testimonio de Su amor!
Oremos:
Padre, aviva el fuego de Tu Espíritu Santo en nosotros para que cada día, en la llenura de Tu amor, demos testimonio de paz y esperanza a un mundo que está en crisis y que llora desesperanzadamente.
Por Jesucristo nuestro Señor oramos, Amén.
Con afecto;
Rev. Luis Felipe
Meditemos:
El tema del Espíritu Santo ha sido controversial en la teología desde los comienzos del pentecostalismo, comprender el rol del Espíritu Santo para nuestro tiempo y contexto no ha sido una tarea fácil, en muchas ocasiones he escuchado personas decirme que nosotros, los presbiterianos, somos fríos y carecemos de la Presencia del Espíritu Santo, por supuesto, la sentencia anterior se fundamenta en una experiencia que las personas han tenido y que seguramente no encontrarán en nuestras comunidades porque nuestra forma de ver la doctrina del Espíritu Santo difiere a la manera de cómo ellos ven las cosas y han construido sus tradiciones.Ahora bien, independientemente de los conceptos apropósito de la doctrina del Espíritu Santo lo que es real es que Él está en medio de nosotros, nos sostiene y da vida a la Iglesia del Señor, somos Iglesia por la acción del Espíritu Santo quien viene a nuestras vidas cuando nosotros creemos en la obra de redentora de Cristo y esto va más allá de hacer una declaración personal o manifestar entender las doctrinas de la fe porque nos Dios nos seduce al punto de rendir nuestras vidas en completa adoración y dependencia de Su amor.
Así las cosas, la pregunta de Pablo a los discípulos en Éfeso apunta a que los discípulos en ese lugar comprendieran que el bautismo de Juan, es decir, el bautismo del arrepentimiento, tenía vigencia en la medida que les acercaba a Jesús y el resultado de dicha comprensión produjo un nuevo bautismo, el bautismo en el nombre de Jesús que, de la misma manera que sucedió en Su bautismo, traería al Espíritu Santo para que estas personas tuvieran la capacidad de testificar en otras lenguas y en clave de esperanza apropósito del amor de Dios.
En ese orden de idas, nosotros hemos recibido al Espíritu Santo que nos impulsa a testificar de Jesús mediante nuestras palabras y hechos de amor, somos personas purificadas, restauradas y renovadas por el fuego de Dios, a través de su Espíritu, que buscamos continuamente la llenura de Dios en nuestras vidas y el cumplimiento de Su propósito en nosotros.
Reflexiona:
¿Has recibido al Espíritu Santo cuando creíste?
Quizás te has dado cuenta de lo que has cambiado desde conociste a Jesús, de la espiritualidad y del deseo de hacer la voluntad de Dios, es por el Espíritu Santo que puedes cambiar aquellas áreas de tu vida que, en ocasiones, hacen que nuestra vida no sea del todo feliz.
¡Dejémonos transformar por Dios para dar testimonio de Su amor!
Oremos:
Padre, aviva el fuego de Tu Espíritu Santo en nosotros para que cada día, en la llenura de Tu amor, demos testimonio de paz y esperanza a un mundo que está en crisis y que llora desesperanzadamente.
Por Jesucristo nuestro Señor oramos, Amén.
Con afecto;
Rev. Luis Felipe
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