505 años de Reforma Protestante
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 1:17
Volver a la Palabra y volver a las raíces de nuestra fe, saber que somos protestantes y creer firmemente en nuestra doctrina; cada año, quizás, vuelvo a este Texto que le dio luz a Martín Lutero y con ello a la oportunidad de reconsiderar los aspectos de la vida religiosa y de fe, su decisión no fue una idea loca o apresurada, fue pensada y calculada, imagino que tuvo que haber pasado tiempos de oración y meditación porque en la carcel de la religiosidad, el ritualismo y el oscurantismo que no permitían un encuentro personal con Dios, no se sentía comodo el monje agustino.
La luz del Evangelio que brilló para Martín Lutero y posteriormente para Alemania, Francia, Escocia, Ginebra, Irlanda y gran parte de Europa era tan solo el reclamo a volver a la sencillez de la vida comunitaria, a la oración y el estudio de la Palabra que para la época se habría perdido, a la fe en Jesús y a la máxima gloria a Dios, aspectos que en el camino de la institucionalización había perdido la Iglesia pero que, sin embargo, Dios estaba acomodando en los cambios políticos y culturales que se veían en la época.
La Reforma Protestante fue la respuesta desde la fe al humanismo que emergía con los planteamientos de Erasmo de Róterdam y con las semillas que ya se habrían regado desde San Agustín hasta Guillermo de Okcham y que se había abonado en el camino por personas como Pedro Valdo, Juan Hus o Girolamo Savoranola, porque la Reforma fue básicamente un llamado a entrar en el contexto social y político de la época, la Iglesia del Señor siempre debe estar dispuesta para dar respuestas en el contexto y debe plantear la fe en medio de la filosofía y los problemas que en ella se encuentra.
Volver al Texto de Romanos 1:17 es recordar que la Reforma Protestante tiene la luz de ser liberadora, abrió el espacio para que las personas no religiosas hicieran parte de la administración eclesiástica y de la adoración, del acercamiento a la Biblia y la comprensión de que cada creyente es un sacerdote que debe velar, cuidar y copastorear en la comunidad, en ese sentido, la Reforma nos trae la libertad para cooperar y aportar en la estructura de la institución y hace del laico una pieza importante y relevante en el desarrollo de la evangelización.
Volver al Texto es volver a Cristo y su mirada de la justicia, una justicia restaurativa que, desde el amor, transforma porque cuando comprendemos el amor de Dios en nuestras vidas y reconocemos la inmensa obra de Cristo por nosotros somos libres para amar y libres para servir, podemos actuar autónomamente porque nuestros actos no le harán daño a nadie y nos sentiremos corresponsables de la construcción de la comunidad.
Volver al Texto es recordar nuestra misión como Iglesia Reformada, sin distintos de denominación, a liberar a la humanidad de las cadenas de opresión, injusticia e ignorancia que hoy por hoy pululan en los pasillos de las instituciones religiosas, sociales y políticas, comprender que el justo por la fe vivirá implica reconocer el poder de la acción de la fe en la vida personal y comunitaria, no la fe vista como una simple creencia sino como la experiencia en la que comprendemos que Dios nos llamó para ser la sal y la luz de la tierra.
Hoy necesitamos volver a la Palabra, a la Fe, a Cristo, a la Gracia y a la Gloria a Dios, es imperante volver a nuestras bases, itero, en una acción de evangelización liberadora que nos permita construir de la mano de Cristo un camino de fe y esperanza para la humanidad que está abatida y adolorida, que no tiene esperanza, aunque tenga iglesia y que carece de una experiencia de fe real, aunque vaya organizando actividades que pretenden hacer que otros lleguen a Cristo, hoy es un buen día para repensar nuestra misión y trabajar por una Iglesia para el contexto en donde Cristo siga avivando corazones, reparando vidas, sanando familias, brillando en esperanza, y viviendo la gracia por el Espíritu Santo.
Que hoy comprendamos que las 95 tesis que Lutero colgó en la catedral de Wittemberg solo representan la acción profética que la Iglesia de nuestros días debe continuar en el legado de una Iglesia Reformada siempre reformándose.
Con afecto;
Luis Felipe.
Hermosa Reflexión, Totalmente de acuerdo.
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