San Mateo 15:10-38 "20° domingo del tiempo común"

Seguramente, usted y yo hemos tenido la amarga experiencia de la traición, conocemos ese sinsabor que queda luego de haber depositado nuestra confianza en alguien y luego sentir "burlada" nuestra confianza.

Hoy las lecturas nos traen un episodio en el que Dios convierte una traición en una bendición no solo para quien fue traicionado sino para toda su familia (Gen 45:1-15), se trata de José, quien fuera vendido por sus hermanos a unos mercaderes y dado por muerto a su padre, y años después sería el mas reconocido en Egipto ayudando a su familia en el momento de la crisis.

Su historia es un gran ejemplo para todos nosotros, pues aun en Egipto tuvo que  pasar por la carcel, experimentar el acoso sexual por parte de la esposa de Faraón, entre otras cosas, soportando aún su mismo dolor por haber sido traicionado por sus propios hermanos y esperar en Dios para que se cumpliera el propósito que había para Él.

Jesús en el Evangelio nos enseña que no es lo que comemos sino lo que decimos, a propósito de la antigua tradición del lavado de manos, lo que nos contamina, y José nos da pruebas de ello, al no haber maldecido ni a Dios ni a sus hermanos en los amargos episodios de su vida.

La expresión de José, no se entristescan ni les pese haberme vendido, porque para preservación de vida Dios me mando, demuestra que Jose confiaba en Dios aun en medio de sus dolores y que su corazón había sido sanado de las heridas de la traición.

Ahora bien hoy quiero invitarlo para que pidamos a Dios que en el momento mas difícil tengamos la capacidad de seguir honrando a Dios, y que no salga la mas minima palabra de dolor o amargura de nuestro corazón porque cuando Dios permite que pasemos por estas tribulaciones el mismo nos dará el consuelo y la recompensa de fidelidad.

Feliz domingo y feliz semana.
Bendiciones.
@PFelipeOliveros

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Iglesia de la Reforma Nunca Deformándose

Muerte, el nombre de una realidad inevitable

Subiendo al árbol