Meditando en nuestra fe, 14 de febrero, 2024
¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero solo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. (1 Corintios 9:24)
Meditemos:
Hace un par de domingos reflexionábamos sobre los afanes de la vida y la necesidad de hacer un “stop” en nuestro camino para encontrarnos con Dios y con nuestras familias, sin duda alguna, considero que cada vez la humanidad lleva más afán, de otro lado, el sistema de educación insiste en formar desde la competencia y eso hace que constantemente estemos llevando la vida como una carrera que nos obliga a ser mejor que los demás.
Al respecto, debemos estar de acuerdo en que cada vez debemos ser mejores, máxime si hacemos caso a las palabras de Pablo en su primera carta a los corintios en el capitulo 9 y el versículo 24, sin embargo, antes de leer y salir a competir debemos pensar cual es nuestra carrera, nuestro afán y por qué estamos compitiendo, cuál es el premio que queremos alcanzar y de que manera nos vamos a preparar física y psicológicamente para alcanzarlo.
Si usted ha competido en algún deporte debe tener claro el concepto de disciplina, esfuerzo, entrenamiento y competición, debe saber que todos los que compitieron con usted se han entrenado, se han preparado y se han tenido que abstener de cosas buscando ganar el trofeo, en nuestra vida espiritual sucede lo mismo, cada uno de nosotros está corriendo, batallando consigo mismo y preparándose para alcanzar la meta que es el premio de un llamamiento supremo (Filipenses 3:14), una corona que dura para siempre y que se obtiene mediante la gracia de Dios (1 Corintios 9:25).
En ese sentido, el texto nos invita a pensar que nuestro esfuerzo no es en vano, el esfuerzo de amar, de orar, de buscar a Dios aun en los momentos más difíciles de nuestra vida, de aprender la resiliencia y trabajar nuestras vidas para dar el fruto del Espíritu es la preparación que nos permite formarnos para ser auténticos creyentes acercándonos cada vez a la medida de la estatura de la plenitud de Jesucristo.
Reflexiona:
Hoy comienza el periodo de cuaresma, un tiempo para la reflexión y la interiorización de nuestra espiritualidad, ¿Cuál es la carrera que estas llevando en la vida y cuál es el premio que deseas alcanzar?
Oremos:
Padre de amor y compasión,
ayúdanos a correr nuestra carrera cristiana
de tal manera que podamos dar
testimonio de tu amor,
enséñanos a entrenarnos para el amor
y para el perdón,
para predicar tu Palabra pero, sobre
todo,
para ser cada día más como tú.
Con profundo amor;
Rev. Luis Felipe
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