REFLEXIÓN QUINTO DOMINGO DE PASCUA
Mayo 14 de
2017
Quinto Domingo
de Pascua
Textos
Bíblicos: Hechos 7:55-60; Salmo 31:1-5, 15-16; 1 San Pedro 2:2-10; San Juan
14:1-14
Hoy es el quinto domingo de pascua, pero además
recordamos y conmemoramos la hermosa labor de ser madre, la Palabras del
Evangelio y las lecturas bíblicas, nos recuerdan la necesidad de acercarnos a
Dios y ver Su gloria, y en ese sentido hemos de reflexionar apropósito de Dios,
ya no como el ente meramente masculino que por años nos han presentado, sino
desde la esencia de Su ser, en ese sentido las Sagradas Escrituras nos plantean
un Dios que si bien se ha presentado en género masculino, tiene atributos profundamente
femeninos, El Ruajh, es decir el Espíritu que se movía sobre las aguas en la
historia del Génesis, es en esencia femenino, que preserva, aboga, cuida de la
creación.
Así las cosas, bien podemos afirmar que Dios es
Padre y Madre, su nombre Elohim, para el hebreo tiene las singularidad y la
pluralidad, la masculinidad y la feminidad, razón por la que podemos comprender
a un Dios que se identifica con el hombre y la mujer y que da espacio al
desarrollo del liderazgo de la mujer y de su rol en la sociedad, y es que ¿Qué
trabajo más hermoso pero al mismo tiempo de tanta responsabilidad ha confiado
Dios a la mujer en el papel de ser madre?, la mujer en la sociedad judía,
contrario a lo que se piensa y al machismo que las religiones han desarrollado,
es baluarte y sostén de la sociedad, no en vano está destinado para ellas el
encendido de luces en el Shabath y a ellas se les ha confiado la educación de
los hijos, la mujer es sin duda más espiritual que el hombre y desarrolla su
espiritualidad con mayor ímpetu y más libremente que los hombres, en el
judaísmo, es de notarse que el varón necesita de símbolos externos para
comprender la fe.
Ser madre, implica una máxima comprensión y amor
sobre otros seres que solo se puede manifestar por ese don que Dios ha puesto
en la mujer, ese amor que sale de las entrañas y que tiene el poder suficiente
para cambiar el rumbo de las cosas y de las situaciones, el texto bíblico no lo
registra, pero seguramente Esteban tenía una madre que sufría ahora por su hijo
muerto a causa de las diferencias ideológicas, como sufren muchas madres en
nuestro país que han perdido a sus hijos en medio de la guerra, pero debemos
reconocer que las respuestas que Estaban dio, respuesta de fe y de una
experiencia viva con Dios, venían de las enseñanzas de una madre que muy
seguramente enseño a sus hijos una fe viva y no fingida, una fe que enseña a
perdonar y que alimenta la experiencia de la fe.
Ser madre implica dar leche espiritual
constantemente, recordando a Jesús como el Señor y dador de la vida, haciendo
como la virgen María invita, “hagan todo lo que él les diga”, y estar al lado
de sus hijos aun en los momentos más difíciles, es también, educar para el
servicio, en amor y con la convicción de que sus hijos estarán mejor cada día y
llenos de éxito, para ello ser madre implica reconocer, en nuestros días, a
Jesús como camino, verdad y vida, quien nos acompaña en cada uno de los
procesos que estamos viviendo.
Y en ese sentido, ser hijo implica responder al
llamado de mamá, escucharle y amarle aun cuando la brecha académica, cultural o
económica se haya abierto ampliamente, pues no solo es responsabilidad de ellas
sino que es también nuestro deber responder por los sacrificios hechos por
ellas para nuestro continuo bien.
Bendiciones y feliz día a todas las madres.
@PFelipeOliveros
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