La Verdadera Riqueza

Un café con Cristo

San Lucas 12:13-21



Hoy es domingo, el día en el que la mayoría de cristianos tomamos un tiempo para nuestras disciplinas espirituales; la oración, la meditación, la contemplación, la adoración, el servicio litúrgico y la vida en familia, seguramente usted se levantó y preparó el café y el desayuno para su familia, pocas veces podemos compartir la mesa en familia en estos tiempos, también aprovechamos para dar descanso al cuerpo, hacemos deporte y rompemos todo tipo de rutina, es el momento preciso para compartir un café e invitar a Cristo a nuestro dialogo.

Todas las actividades que he mencionado arriba son de suma importancia para nuestro ser y para nuestro buen vivir, vivir no se trata solo de respirar sino de lograr calidad de vida y el reposo es necesario para que podamos estar en óptimas condiciones físicas, mentales y emocionales, solo de esa manera podemos apreciar lo que es la verdadera riqueza y compartir con otros lo que de buena gracia Dios nos ha dado a cada uno de nosotros.

La Lectura del Evangelio de hoy nos acerca a esa realidad, en medio de una multitud que apretujaba a Jesús un hombre hace un reclamo: -Dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo- (San Lucas 12:13), la presencia de Jesús como uno que enseña al parecer brindaba autoridad, no obstante, Jesús se negó poniéndose en su lugar como maestro y no como árbitro o juez, acá esta la primera enseñanza de Jesús; este tema familiar no debería tratarse en los juzgados, ni siquiera por fuera de la casa, la herencia no podía ser la causa del conflicto entre dos hermanos porque el dinero y las posesiones no pueden separar a las familias si es así esa riqueza no es coherente con el concepto de calidad de vida, de otro lado, ningún testador querrá ver a su familia peleando por las cosas materiales, no se haría honor al trabajo y la lucha de la persona que ya no esta con nosotros, en ese sentido, en la mirada de Jesús las posesiones no son tan importantes como las relaciones interpersonales, estar en paz con el otro es la mayor riqueza que una persona puede tener y si ese otro es su familia con mayor razón, así las cosas Jesús aun nos llama a la paz y la reconciliación, -ama a tu prójimo como a ti mismo- (San Mateo 22:39) sigue siendo el principio de la verdadera riqueza.

"En la mirada de Jesús las posesiones no son tan importantes como las relaciones interpersonales, estar en paz con el otro es la mayor riqueza que una persona puede tener y si ese otro es su familia con mayor razón..."


Acto seguido, Jesús trae una parábola a la gente que le escucha, básicamente habla de un hombre que acumuló riquezas producto de una muy buena cosecha, sin embargo, la gran preocupación de este hombre tenia que ver primeramente en donde iba a guardar todo ese producto, su pensamiento era tan pobre que solo podía pensar en el terreno que tenía como propio para guardar sus productos, tumbar y hacer algo más grande es lo que se le ocurrió para asegurar sus bienes, su cosecha y su vida, en términos generales este hombre no pensó en ampliar su terreno, en rentar o hacer otro tipo de negocio, sencillamente en acumular, quizás para vivir bien, para tener un futuro asegurado, para no tener que trabajar más y poder descansar, esto parece bien, quizás se alinearía con la idea de calidad de vida en la medida en que ya no tendría que esforzarse de no ser porque el cuidado de sus riquezas es ya un trabajo en sí mismo y quizás más complejo que tener que labrar la tierra, en todo caso la pregunta de Dios tiene que ver con su propia necedad -¿Quién se quedará con lo que has acumulado?- (San Lucas 12:20), la pregunta puede tener muchas respuestas porque no sabemos las condiciones de este hombre ni acerca de los familiares que tenía, pero la actitud del hombre mostrará una sola respuesta, la preocupación y la falta de paz por su trabajo y por lo que ha acumulado.


Estoy seguro de que Dios no intenta prohibirnos que tengamos riquezas, bienes y las posibilidades de un buen vivir, Jesús mismo ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia (Juan 10:10) y aunque la abundancia contempla muchos aspectos más que el económico, no podemos descartar la abundancia material como parte de la bendición de Dios, ahora bien, el mensaje de Jesús radica en dónde ponemos nosotros la mirada y el corazón, las primeras cosas que mencioné en este artículo son mayor riqueza que todo lo material que nosotros podamos acumular, tomar este café y compartir con la familia, invitar a Cristo a nuestra mesa, reír, jugar, cantar, gozar, ir al servicio religioso, ver un partido de futbol o de beisbol, ser testigos del crecimiento de nuestros hijos, compartir con nuestra pareja lo dulce y lo amargo de la vida, visitar a los amigos, son una riqueza invaluable para el ser humano, si volvemos al Texto del Evangelio podemos ver el llamado de Dios a repensar en lo que verdaderamente es importante, déjeme hacer una conexión que esta totalmente fuera de contexto en la interpretación de esta porción del Evangelio pero que para la vida práctica puede ser muy útil, el hombre de la parábola representa nuestro ser que quiere acumular, justamente el padre de familia que murió y dejó a los dos hermanos del comienzo de la historia peleando por una herencia, la avaricia es necedad y la necedad también se hereda, en ese sentido el llamado en la enseñanza de la parábola y en la vivencia de los dos hermanos es para nosotros, ¿Qué puede ser más importante que nuestra familia? ¿Cuál es el propósito de acumular bienes materiales? ¿Estamos preparando a nuestros herederos para que reconozcan la verdadera riqueza?

"Estoy seguro de que Dios no intenta prohibirnos que tengamos riquezas, bienes y las posibilidades de un buen vivir..."


Caminemos juntos, haciendo un mundo mejor, creciendo en la riqueza de la unidad familiar, de los valores, de la amistad, del buen vivir en el buen existir, las cosas materiales son añadidura y bendición de Dios, no para que seamos esclavos de ellas sino para que nuestro paso por esta tierra sea un verdadero disfrute, finalmente en redes me encontré esta frase y quiero compartirla contigo:

-Cuando tengas mas de lo que necesitas, construye una mesa más larga, no un muro más alto-



Con afecto;

        Luis Felipe


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