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Mostrando las entradas de julio, 2014

Tal como soy

Por: Anne Cetas Recuerdos agradables inundaban mi mente mientras asistía a un concierto. El líder del grupo acababa de anunciar la próxima canción: «Tal como soy». Recordé cuando, años atrás, al terminar de predicar, el pastor de mi iglesia invitaba a las personas a pasar al frente para recibir a Cristo como Salvador, mientras nosotros cantábamos ese himno. No obstante, el líder del grupo musical en aquel concierto sugirió que cantáramos esta canción en otro contexto. Comentó que le gustaba pensar que, un día, cuando muera y vaya a encontrarse con el Señor, le cantará con gratitud: Tal como soy, sin más decir, que a otro yo no puedo ir, y tú me invitas a venir. Bendito Cristo, vengo a ti. Años antes de escribir esta canción, Charlotte Elliott le preguntó a un pastor cómo podía encontrar al Señor. Él le dijo: «Simplemente, ve a Él tal como eres». Ella lo hizo. Más tarde, durante un desalentador período de enfermedad, escribió este himno sobre el día en que acudió a Cristo ...
Por: Bill Crowder Las islas Aran, frente a la costa oeste de Irlanda, son conocidas por sus hermosos suéteres. Se usa lana de oveja para entretejer los diseños y adornarlos. Muchos se relacionan con la cultura y el folclore de esas pequeñas islas, pero algunos son más personales. Cada familia que reside allí tiene su propio diseño como marca registrada, el cual es tan distintivo que, si un pescador se ahogara, se dice que podrían identificarlo con solo examinar su suéter para ver la marca registrada de su familia. En la primera carta de Juan, el apóstol describe cosas que deben ser distintivos de quienes forman parte de la familia de Dios. En 1 Juan 3:1, afirma que somos realmente parte de esta familia: «Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…». Después, también incluye entre las marcas registradas de los hijos de Dios: «Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios» (4:7). ...

Entrar con confianza

Por: Dennis Fisher Mont Saint-Michel es una isla sometida a las mareas y ubicada a unos 800 metros de la costa de Normandía, en Francia. Durante siglos, ha albergado una abadía y un monasterio; una atracción para los peregrinos religiosos. Hasta que se construyó una calzada de acceso, se caracterizó por el peligro que significaba llegar hasta allí, lo que produjo la muerte de algunos visitantes. Durante la marea baja, está rodeada de bancos de arena, los cuales se cubren de agua en pleamar. Llegar a la isla daba mucho miedo. Para los judíos de la época del Antiguo Testamento, acceder a Dios también causaba temor. Cuando el Señor bramó desde el monte Sinaí, el pueblo tuvo miedo de acercase a Él (Éxodo 19:10-16). Y, cuando se abrió la posibilidad de llegar al Señor mediante el sumo sacerdote, había que cumplir instrucciones específicas (Levítico 16:1-34). Si se tocaba accidentalmente el arca del pacto, que representaba la presencia santa de Dios, el resultado sería la muerte (ver 2...

Valiente y constante

Por: David C. McCasland Mientras leía el aviso fúnebre de Eugene Patterson, unos de los ganadores del Premio Pulitzer durante el siglo pasado, me sorprendieron dos cosas. En primer lugar, Patterson fue durante muchos años un valiente defensor de los derechos humanos en una época en que muchos se oponían a la igualdad racial. Además, escribió una columna en un periódico todos los días durante ocho años. ¡Esto equivale a 2.922 artículos! Día tras día, año tras año. La valentía y la constancia fueron factores clave en el impacto que produjo su vida. Estas mismas cualidades las vemos en el apóstol Pablo. Hechos 13–28 registra su coraje en una situación horrorosa tras otra. Después de naufragar mientras viajaba para ser juzgado ante el César, desembarcó al sur de Roma, donde lo recibieron muchos hermanos en Cristo (Hechos 28:11-15). Lucas escribió: «… al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento» (v. 15). Durante los dos años siguientes, ya prisionero, le permitieron vivir en u...

San Mateo 13:31-33,44-52 "17° domingo del tiempo común"

la palabra que el Evangelio nos propone para hoy es "Reino de los Cielos", y nos presenta una serie de figuras en las que sin duda nos muestra el inmenso valor que tiene, sin embargo, el Evangelio y la Escritura en general nos dan una serie de consideraciones a propósito del tema que nosotros debemos evaluar en nuestra reflexion. La lectura del A.T. (Gen. 29:15-28) nos presenta la historia de Jacob y su tío Laban, Jacob enamorado de Raquel trabajo dos segmentos de siete años para tener poder ser su esposo, luego del engaño de su tio al darle a su hermana Lea "por ser la mayor", no obstante, dice la Escritura que a Jacob esos años le parecía como días, pues el amor hace que tengamos una visión del tiempo diferente, una primer consideración es que nosotros estamos trabajando para construir el Reino de los Cielos y eso implica una entrega total a Dios, trabajo y la seguridad de que que nuestra espera dará los frutos respectivos. La lectura del Nuevo Testamento...

Nuestra obra

Julie Ackerman Link La primavera acababa de convertirse en verano y los granos empezaban a dar fruto mientras nuestro tren recorría la fértil zona por donde íbamos. Las fresas estaban maduras, y había personas arrodilladas cortándolas entre el rocío de la mañana. Los arándanos absorbían tanto los rayos solares como los nutrientes de la tierra. Después de pasar por varios campos con frutas maduras, llegamos a un montón de metal corroído y abandonado. La imagen áspera de la chatarra anaranjada que asomaba de la tierra contrastaba tremendamente con los verdes suaves de los granos. El metal no produce nada. Por el contrario, el fruto crece, madura y nutre a los seres humanos hambrientos. El contraste entre el fruto y el metal me recuerda las profecías de Dios contra las ciudades antiguas, como Damasco (Isaías 17:1, 10-11 lbla): «Porque te olvidaste del Dios de tu salvación […] la cosecha será un montón inservible». Esta profecía sirve como una advertencia contemporánea sobre el pe...

Busquar Zaqueos

Por: Dave Branon Alfredo camina por las calles de la ciudad buscando a Zaqueo, pero este no es el personaje bíblico, porque a ese, Jesús ya lo encontró. Alfredo y unos amigos que trabajan en un ministerio urbano hacen lo que Jesús hizo en Lucas 19. Recorren voluntariamente la ciudad para encontrarse con personas y ayudar a los necesitados. Alfredo va casa por casa en su barrio, golpea a las puertas y les dice a los que se asoman: «Hola, soy Alfredo. ¿Tiene alguna necesidad por la cual puedo orar?». Esta es su manera de empezar una conversación (como Jesús lo hizo con el recaudador de impuestos) y ofrecer vida espiritual y esperanza, y, si es necesario, algún consejo. Observa lo que hizo Jesús. Lucas simplemente señala que «iba pasando» por Jericó (Lucas 19:1). Por supuesto, como solía suceder cuando el Señor llegaba a un pueblo, se juntaba una multitud. Como Zaqueo tenía problemas de estatura, trepó a un árbol. Mientras Jesús pasaba, fue directamente hasta ese árbol y le dijo ...

Estrellas con nombre

Por: David C. McCasland En una planicie en las alturas del desierto de Atacama, en Chile, el radiotelescopio más grande del mundo les ofrece a los astrónomos una visión del universo jamás vista. En un artículo de una agencia de noticias, Luis Andrés Henao habló sobre los científicos de muchos países que «buscaban indicios de la aurora del cosmos, desde los gases más helados y el polvo donde se forman las galaxias y nacen las estrellas hasta la energía producida por el Big Bang [la Gran Explosión]». La Biblia celebra el poder sin límites y el conocimiento infinito del Dios que «cuenta el número de las estrellas» y «a todas ellas llama por sus nombres» (Salmo 147:4). Sin embargo, el Creador del universo no es una fuerza distante e insensible, sino un Padre celestial amoroso que «sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas» (v. 3). «El Señor exalta a los humildes» (v. 6) y «se complace […] en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia» (v. 11). Dios nos...

Agitar bandera blanca

Por: Joe Stowell Hace poco, mientras miraba un video de una reunión en una iglesia en Sudamérica, observé algo que nunca había visto. Mientras el pastor invitaba apasionadamente a su rebaño a entregar su vida a Cristo, uno de los miembros de la congregación sacó del bolsillo un pañuelo blanco y empezó a agitarlo. Después, otro, seguido de varios más. Con lágrimas en los ojos, estaban expresando su total consagración al Señor. Lo que no sé es si detrás de los pañuelos de entrega había algo más. Me parece que estaban agitando muestras de amor a Dios. Cuando el Señor le dijo a su pueblo: «amarás al Señor tu Dios» (Deuteronomio 6:5), lo hizo en un contexto de animarlos a consagrar sus vidas a Él. Desde el punto de vista de Dios, la vida con Él es más que simplemente intentar ser bueno. Lo importante es la relación, donde la entrega es nuestra manera de expresarle amor y gratitud al Señor. Jesús, en un asombroso amor hacia nosotros, se entregó en la cruz para rescatarnos de nuestra...

Remordimientos duraderos

Por: Bill Crowder Mientras conversaba con una talentosa pianista, me preguntó si tocaba algún instrumento musical. Cuando respondí «toco la radio», se rio y quiso saber si alguna vez había querido aprender a ejecutar alguno. Avergonzado, contesté: «Tomé clases de piano cuando era niño, pero abandoné». Ahora, ya adulto, lamento no haber continuado. Me encanta la música y ojalá pudiera tocarlo hoy. Esa charla me trajo a la mente que la vida suele estar estipulada por las decisiones que tomamos… y algunas producen remordimiento. Hay otras decisiones que generan remordimientos mucho más graves y dolorosos. El rey David lo experimentó cuando decidió dormir con la esposa de otro hombre y, después, matarlo. Así de devastadora describió la culpa que lo agobiaba: «Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano» (Salmo 32:3-4). Pero después reconoció su pecado, se lo conf...

Agua para el mundo

Por: C. P. Hia Aunque el 70% del mundo está cubierto de agua, menos del 1% es potable. La conservación y el saneamiento son asuntos cruciales en muchas partes del planeta, ya que toda la vida depende de la disponibilidad de agua pura. Jesús se desvió de su camino para presentarle a una mujer perdida otra clase de agua viva. Intencionalmente, decidió ir a un pueblo de Samaria, un lugar donde ningún rabino respetable asentaría su pie. Allí le habló a esta mujer sobre el «agua viva», y agregó que el que bebía de ella «no tendrá sed jamás, sino que […] será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4:14). El agua viva es Jesús, y quienes lo reciben tienen vida eterna (v. 14). Pero el agua viva que Él provee también cumple otra función, porque Él declaró que del interior de aquellos que lo aceptaron «correrán ríos de agua viva» (Juan 7:38). Esta agua viva que nos renueva también tiene que vivificar a otros. Así como la distribución de agua potable es desigual en...

San Mateo 13:24-30, 36-43 "16° domingo del tiempo común"

Hoy quiero resaltar dos palabras en las que las lecturas de la Escritura me han invitado a pensar: Esperanza y confianza, ambas palabras nos invitan a mirar a Dios para comprender sus propósitos en nosotros y así gozar de la verdadera felicidad. Dios le dio un sueño a Jacob, en el que le dijo que le daría la tierra en donde él descansaba, es una promesa hermosa en la que Dios no solo invita a Jacob, sino que lo hace también con nosotros, a descansar sobre las promesas que Él nos ha dado confiando en que las cumplirá. Por su parte, el Nuevo Testamento (Romanos 8:12-25) nos invita a esperar, una marca de la esperanza, pues si sabemos que Dios tiene el control y que nosotros vivificamos nuestro espíritu por Él, sabremos que ha pesar de las luchas, Dios nos acompaña y no nos abandona. Pero es difícil confiar y tener esperanza cuando vemos a nuestro lado tanta corrupción, desorden, caos, violencia, en si desesperanza y confianza, por esa razón, Jesús en el Evangelio nos explica...

¿Fábulas o aventuras?

Por: Randy Kilgore A mi abuelo le encantaba contar historias, y a mí, escucharlas. Tenía de dos clases: las «fábulas», con un dejo de verdad, pero que cambiaban cada vez que las contaba; y las «aventuras», las cuales habían sucedido realmente y donde los hechos nunca se modificaban al volver a relatarlas. Un día, me contó una historia que parecía demasiado disparatada para ser cierta. Yo dije: «Es una fábula», pero él insistía en que no. Aunque lo que narraba nunca cambiaba, yo simplemente no podía creerlo, ya que era muy extraño. Entonces, un día, mientras escuchaba un programa de radio, el locutor relató una historia que confirmó la verdad de lo que contaba mi abuelo. De pronto, la «fábula» se convirtió en una «aventura». El recuerdo de aquellos momentos se tornó en una experiencia conmovedora que hizo que mi abuelo fuera aun más confiable para mí. Cuando el salmista escribió sobre la naturaleza inmutable de Dios (102:27), nos ofreció el mismo consuelo: la confiabilidad de D...

Puentes vivientes

Poe: Jennifer Benson Schuldt Las personas que viven en Cherrapunji, en la India, han desarrollado una forma singular para cruzar los numerosos ríos y corrientes de su tierra: hacen crecer puentes con las raíces de árboles gomeros. A estos «árboles vivientes» les lleva de diez a quince años madurar, pero, una vez que se forman, son sumamente estables y duran cientos de años. La Biblia compara a la persona que confía en Dios con «el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces» (Jeremías 17:8). Como sus raíces están bien alimentadas, este árbol soporta temperaturas extremas y, durante las sequías, sigue dando fruto. Como un árbol sólidamente arraigado, las personas que dependen de Dios tienen una sensación de equilibrio y vitalidad a pesar de atravesar las peores circunstancias. Por el contrario, aquellos que ponen su confianza en otros seres humanos suelen vivir con una sensación de inestabilidad. La Biblia los compara con arbustos del desierto q...

Te queda bien!

Por: Cindy Hess Kasper Un día, después de ponerme mis anteojos de sol mientras conducía, mi hija los tomó y dijo: «Mamá, estos no son anteojos de sol; son solo lentes que están de moda». En broma, agregó: «Ya sé. Te los compraste porque te quedaban bien». Está bien; debo admitir que mi hija me conoce bastante. Ni siquiera había pensado en los rayos ultravioleta ni en que esas gafas bloquearan el sol. En realidad, me gustó cómo me quedaban. A la mayoría nos gusta lucir bien. Queremos dar la impresión de que «tenemos todo bajo control»… sin luchas, temores, tentaciones ni angustias. Tratar de mantener una fachada de perfección en nuestra peregrinación espiritual no nos ayuda ni a nosotros ni a nuestros compañeros de viaje. Sin embargo, compartir con otros miembros del cuerpo de Cristo lo que nos sucede nos beneficia a nosotros y a ellos. Cuando somos un poco más transparentes, podemos hallar personas que están luchando al atravesar una situación similar. Además, cuando nuestr...

¿Te sientes encadenado?

Por: Dennis Fisher Boecio vivió en Italia en el siglo vi y se desempeñó como un político sumamente habilidoso de la corte real. Desafortunadamente, cayó en desgracia delante del rey al ser acusado de traición y fue encarcelado. Mientras esperaba su ejecución, solicitó materiales para poder escribir sus reflexiones. Más tarde, estas se convirtieron en un perdurable clásico espiritual sobre la consolación. Mientras estaba preso, reflexionando sobre su panorama desalentador, su fe en Cristo le infundió esta perspectiva: «Nada es miserable a menos que así se lo considere; por el contrario, toda situación es feliz si quien la experimenta está contento». Boecio estaba convencido de que nuestra visión de las circunstancias cambiantes y el contentamiento eran una elección personal. El apóstol Pablo reforzó la idea de que nuestra manera de ver las circunstancias es más importante que los hechos en sí. Mientras él también estaba preso, escribió: «… he aprendido a contentarme, cualquier...

Lealtad verdadera

Por: David C. McCasland Se estima que, en el mundo entero, los viajeros frecuentes han acumulado más de catorce billones de millas en vuelos. Todo empezó a principios de la década de 1980, cuando las aerolíneas lanzaron el primer programa de viajeros frecuentes para alentar a los clientes a seguir volando, al ofrecer recompensas por su lealtad. Las millas acumuladas podían intercambiarse por viajes, artículos y servicios gratuitos. Al poco tiempo, muchos comenzaron a planificar sus viajes tanto por las recompensas personales como por los precios u horarios. El apóstol Pablo era un viajero apasionado del siglo i, pero no lo hacía por las «millas de viajero frecuente». Su meta era alcanzar a todos los que pudiera con la buena noticia del perdón y la vida eterna mediante la fe en Jesús. Cuando algunos corintios cuestionaron su autoridad, escribió una carta en la que describía el precio que había pagado para llevar el evangelio a otros: «Tres veces he sido azotado con varas; una vez ...

Grano en la cumbre

Por: David H. Roper He estado en varias cumbres de montañas, y puedo decir que allí no crecen muchas plantas. Las superficies son rocosas y están cubiertas de líquenes. Por lo general, no es un lugar donde abundan los granos.Pero Salomón, quien escribió el Salmo 72, le pidió a Dios que hubiera «…un puñado de grano […] en las cumbres de los montes» (v. 16) para que eso caracterizara su reinado. Si el grano en las montañas es algo tan inusual, ¿qué está sugiriendo Salomón? ¿Que el poder de Dios puede producir resultados aun en los terrenos menos prometedores? Quizá te consideres una persona insignificante, con poco para ofrecer al reino de Dios. No te desanimes: el Señor puede producir una cosecha abundante a través de ti. Esta es una de las ironías de la fe: Dios utiliza lo insignificante para llevar a cabo grandes cosas. Nosotros, en su mayoría, no somos ni sabios ni nobles, sino anónimos y alejados de lo extraordinario. Sin embargo, todos podemos ser útiles. Y al contrario de lo...

San Mateo 13: 1-23 "15° Domingo del tiempo común"

Hoy el Evangelio y las lecturas bíblicas traen dos palabras interesantes, lluvia y siembra y giran en torno a nuestra relación con la Palabra de Dios. El libro de Isaias refiere que es Dios quien da la lluvia para la siembra, y que así mismo actúa la Palabra de Dios en nosotros, Él la envía para que no vuelva vacía sino que en nosotros de fruto abundante, si usted lee estas lineas debe saber que es Dios quien envía un mensaje que en ocasiones puede ser propicio para su necesidad, y es por esa  razón que usted y yo sentimos frescura al encuentro con la Palabra. Pero también nos advierte el Evangelio que la semilla, es decir la Palabra de Cristo cae en diferentes terrenos, y tenemos para nuestra propia reflexión; cuál es la clase de terreno que soy? En otras palabras; cuál es mi actitud frente al mensaje de Dios que constantemente toca a la puerta de mi corazón? Un dialogo con nosotros mismos y una revisión a nuestro corazón nos ayudará a dar una buena y sincera respuesta a es...

El poder de un nombre

Por: Joe Stowell Los apodos suelen describir algunos aspectos notorios del carácter o las características físicas de una persona. Cuando era niño, mis amigos de la escuela secundaria me llamaban despiadadamente «labios de riñón», ya que, en aquella etapa de desarrollo, mis labios parecían tener un tamaño desproporcionado. No hace falta decir que siempre me alegró que ese apodo no haya durado. A diferencia de mi apodo, me encantan los nombres de Dios que describen sus magníficas características. El Señor es tan maravillosamente multifacético que tiene muchos nombres que comunican sus capacidades y carácter. Para mencionar solo algunos, Él es: Elohim, el Dios sobre todos los dioses. Jehová Jireh, el Dios que provee. El-Shaddai, el Dios todopoderoso. Jehová Rafa, nuestro Dios sanador. Jehová Shalom, nuestro Dios de paz. Jehová Sama, nuestro Dios está presente. Yahvéh, nuestro Dios amoroso y guardador del pacto. No es extraño que el escritor de Prov...

Paranoia Revertida

Por: Philip Yancey Recuerdo que, en 1991, estaba mirando las noticias por televisión cuando una revolución sin violencia se desató en las calles de Moscú. Los rusos, que habían crecido en medio del totalitarismo, de pronto declararon: «Vamos a actuar como si fuéramos libres», y permanecieron firmes en las calles ante los tanques. El contraste entre el rostro de los líderes dentro de los edificios y el de las masas afuera mostraba quién tenía miedo y quiénes eran libres. Ver las noticias por televisión desde la Plaza Roja me hizo llegar a una nueva definición de la fe: paranoia revertida. Una persona realmente paranoica organiza su vida alrededor de una perspectiva común del miedo. Todo lo que sucede alimenta ese temor. La fe obra de manera inversa. Una persona con fe planifica su vida alrededor de una perspectiva común de la confianza; no del miedo. A pesar del aparente caos de la época actual, Dios sin duda reina. Al margen de cómo me sienta, el Dios de amor está verdaderame...

Mirar a los montes

Por: Bill Crowder En la cima del modnte Corcovado, mirando hacia la ciudad de Río de Janeiro, en Brasil, se levanta el Cristo Redentor, una de las estatuas más grandes de Cristo en el mundo. Con una altura de 30 metros y brazos extendidos con 28 metros de envergadura, esta escultura pesa 635 toneladas. Puede verse día y noche, desde casi todos los rincones de la ciudad. Una simple mirada al monte pone a la vista esta figura de Cristo, el Redentor. El Nuevo Testamento declara que Cristo no es solo el Redentor, sino también el Creador del universo, y este se ve claramente en el Salmo 121. Allí el salmista nos desafía a levantar los ojos a los montes para ver a Dios, ya que nuestro «socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra» (vv. 1-2). Solo Él puede darnos fortaleza y guiar nuestros pasos a medida que nos abrimos camino en un mundo peligroso y problemático. Elevamos nuestra mirada hacia Aquel que nos cuida (v. 3), nos protege (vv. 5-6) y nos cubre fren...

Hacer otras preguntas

Por: Dave Branon Después de las tragedias, surgen preguntas. La pérdida de un ser amado puede llevarnos a hacerle a Dios varias preguntas punzantes: «¿Por qué permitiste que sucediera esto?, ¿quién tuvo la culpa?, ¿no te importa que sufra?». Créeme, como el padre dolido de una adolescente que murió de manera trágica, he cuestionado exactamente todo esto. El libro de Job registra las preguntas que este patriarca hizo mientras estaba sentado junto a sus amigos, lamentándose por su sufrimiento. Había perdido su familia, su salud y sus posesiones. En un momento, dice: «¿Por qué se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado…?» (3:20). Luego, agrega: «¿Cuál es mi fuerza para esperar aún?» (6:11), y «¿te parece bien que oprimas…?» (10:3). Muchos se han enfrentado muy temprano con una lápida y formulado preguntas similares. Pero, cuando sigues leyendo hasta el final del libro, te sorprendes. Cuando Dios le responde a Job (caps. 38–41), lo hace de una manera inesperada. Invierte ...

Bienvenido

Servir a Dios es la dicha más grande, los Profetas, el Salmista, los jueces del Antiguo Testamento, los Evangelistas y todo tipo de personajes bíblicos de todos los tiempos lo han manifestado, en la actualidad, personajes de diferentes disciplinas y vocaciones afirman el gozo de servir a Dios y a la sociedad.  No escapo yo de ese mismo sentimiento tras decidir servir a Dios desde muy corta edad, formado en la fe cristiana desde muy pequeño, aprendí a conocer a Dios en medio de los templos y los sermones, determinando desde esa edad que mi vida sería consagrada al servicio de Dios y en pos del amor a la humanidad, conocí las diferentes vertientes religiosas del catolicismo y el protestantismo, aprendí a tomar en serio la Escritura Sagrada y aceptarla como norma de fe para mi vida, dimensioné la fe y el propósito social que ella encierra, me forme en conocimiento y relación con Dios para llegar a mi objetivo; ser un servidor de Cristo.  He sido un cristiano inconforme a...