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San Mateo 16:21-28 "22° domingo del tiempo común"

El Evangelio hoy nos invita a tomar la cruz, y esta es una expresión que  para muchos de nosotros es causa temor porque en nuestra configuración mental la cruz ha sido sinónimo de sufrimiento y dolor. Sin embargo, tomar la cruz desde el Evangelio es una invitación al encuentro con Dios, a asumir la responsabilidad del amor, y la responsabilidad de construir una nueva comunidad que, basada en el amor de Dios, sirva a la sociedad. Dicho encuentro con Dios es similar a la experiencia de Moisés en la zarza que no se consumía, en la cual Dios, usa las capacidades de Moisés para enviarlo con una misión, y es de la misma firma en la que Dios nos da claridad a propósito de nuestra misión en este mundo. Tomar la cruz implica, entonces, acercarnos a Dios y permitir que el use nuestra experiencia y habilidades para que nosotros sirvamos a la sociedad y así demos testimonio de la luz de Cristo. Que Dios te bendiga abundantemente en esta semana. @PFelipeOliveros

Un paso al frente!

Por: Dave Branon Cuando una marmota empezó a comerse nuestro garaje (bueno, solo el reborde), compré una trampa pensando trasladar el animalito a un parque. Puse en el interior una variedad de cosas ricas y le abrí la puerta. A la mañana siguiente, me entusiasmé al ver un pequeño bicho en mi trampa… hasta que noté que no era una marmota; había atrapado un zorrillo. Busqué en Internet para ver cómo sacar el zorrillo de la trampa sin que… bueno, no hace falta que te lo diga. Con suma cautela, se describía cómo protegerse mientras se liberaba el animal. Bolsas de plástico, guantes, lonas, mantas, gafas protectoras. La tarea parecía intimidante y peligrosa. Entonces, mi yerno dio un paso frente para solucionarlo. Simplemente se acercó a la trampa, abrió la puerta y, con unos chorros de agua de la manguera del jardín, persuadió a nuestro amigo con rayas para que saliera. A veces, nuestros temores pueden guiarnos a la inactividad. Nos preocupa tanto protegernos que, sencilla...

Condiciones del servicio

Por: Julie Ackerman Link Si eres como yo, raras veces lees todo el texto de los contratos de servicios por Internet antes de aceptar sus condiciones. Tienen una gran cantidad de páginas y la mayor parte de la jerga legal no tiene sentido para las personas comunes y corrientes como yo. Por eso, me sorprendió bastante cuando una amiga de África me mencionó un singular contrato de servicio para programas de computación. En lugar de ser una licencia llena de palabras donde se le dice a la gente cómo no usarla, el fabricante brinda una sencilla bendición al instar a los usuarios a utilizarla con buenas intenciones: Que hagas bien y no mal. Que encuentres perdón para ti y perdones a los demás. Que compartas generosamente, sin nunca tomar más de lo que das. En un principio, pensé: ¡Vaya! Imagina lo que sería si se escribieran más condiciones de contratos de servicios en forma de bendición en lugar de hacerlo como documentos legales. Después, pensé: El contrato que Jesús hace ...

Ejemplo de humildad

Por: Bill Crowder Durante la época de Semana Santa, mi esposa y yo asistimos a una reunión en una iglesia donde los participantes procuraban representar los sucesos que Jesús y sus discípulos experimentaron la noche antes de que Él fuera crucificado. Como parte de la reunión, los miembros del personal de la iglesia les lavaron los pies a algunos de los colaboradores voluntarios de la congregación. Mientras miraba, me preguntaba qué expresa más humildad en nuestra época: ¿lavar los pies de otra persona o que alguien lave los nuestros? Tanto unos como otros, los que estaban sirviendo y los servidos, mostraban distintos aspectos de la humildad. Cuando Jesús y sus discípulos se reunieron para la última cena (Juan 13:1-20), el Señor, en un servicio humilde, les lavó los pies a sus seguidores. Pero Simón Pedro se resistió, diciendo: «No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo» (13:8). Lavar los pies no era un simple ritual. También pu...

Los momentos mas oscuros

Por: Randy Kilgore Carlos Whittlesey fue héroe de héroes. Líder del denominado «Batallón perdido», durante la Primera Guerra Mundial, lo premiaron con la medalla de honor por su valentía cuando su unidad quedó atrapada detrás de las líneas enemigas. Cuando se inauguró en su país la tumba al soldado desconocido, lo eligieron para que fuera el portador del féretro del primer soldado colocado en ese sitio. Dos semanas después, se presume que terminó con su vida lanzándose de un crucero en el medio del océano. Como Elías (1 Reyes 19:1-7), Carlos era fuerte en público; sin embargo, en los momentos de quietud y privacidad, experimentaba sentimientos de desesperación. Hoy las personas suelen enfrentar situaciones más tremendas de lo que pueden manejar. A veces, es una desesperación temporal producida por la fatiga, como en el caso de Elías. Este había logrado una gran victoria sobre los profetas de Baal (18:20-40), pero después, temió perder la vida y huyó al desierto (19:1-3). S...